Los gigantes de la catedral de Pamplona
Aquí irás de fiesta, verás bailar a gigantes de cuatro metros de altura y vivirás la tradición cultural y festiva medieval y renacentista.
Además, las danzas y la música de la época, junto con la tecnología de realidad aumentada y modelados en tres dimensiones, te guiarán por este patrimonio desconocido de la catedral.
El complejo canonical de Pamplona, que ocupa la práctica totalidad de la cara este del casco viejo pamplonés, es el único conjunto catedralicio que se conserva íntegro en Europa. Formado por los edificios del templo, claustro, sala capitular, cillería, refectorio, cocina, dormitorio, biblioteca y otras dependencias conectadas por medio de una galería con el palacio episcopal barroco, la historia del complejo arranca con la fundación del cabildo catedral de Pamplona hacia 1086. La creación de un colegio de canónigos regulares de la Orden de San Agustín trajo consigo la erección de un compendio de edificios destinados a la vida comunitaria de estos clérigos al servicio de la catedral. El primer edificio levantado fue la primitiva canónica románica que combinaba las funciones de dormitorio, refectorio y almacén. A ella se sumaron entre 1100 y 1127 la catedral y el claustro. Pegante al claustro se situaba un palacio episcopal románico que poco después sería cedido a los canónigos como dormitorio y otras dependencias. Entre 1276 y 1335 se levantaría un nuevo claustro, sala capitular refectorio y cocina a los que se sumaría a partir de 1394 una catedral gótica. En el siglo XVIII sería edificada la biblioteca y el palacio episcopal barroco. El mantenimiento de la vida comunitaria del cabildo hasta 1859 posibilitó la conservación de un complejo catedralicio que, en el caso de otras catedrales había desaparecido hacía siglos.
Dentro de este complejo el cabildo desarrollaba su vida cotidiana y sus funciones en las que la liturgia ocupaba el lugar más importante, al ser la finalidad principal de la catedral. La liturgia estructuraba el año a través de las diferentes fiestas y solemnidades que conformaban el calendario. Con el objeto de ofrecer a Dios el culto más solemne posible, excitar el fervor del pueblo e ilustrarle en las verdades de la fe, el cabildo se sirvió de numerosos recursos que apelaban a todos los sentidos: vista (escultura, pintura, orfebrería, vidrieras, ornamentos), olfato (incienso) y oído (música). Estos recursos entraban en juego en diferentes momentos, siempre en el contexto de la celebración de la misa, el canto del oficio divino y en la celebración de procesiones. Dentro de las procesiones, las más importantes eran la del Corpus Christi, que recorría las calles de la ciudad, y las del día de la Asunción (15 de agosto) y su octava (22 de agosto), celebradas por las naves y claustro de la catedral. Ambas exaltaban las dos realidades más importantes de la de católica: Cristo (presente en la hostia consagrada) y la Virgen María (en su misterio de la Asunción, advocación a la que estaba dedicada la catedral de Pamplona).
Por este motivo, no es de extrañar que desde antiguo las procesiones del Corpus y la Asunción revistiesen de una solemnidad y brillantez especial que las hacían sobresalir del resto. Concretamente, uno de los elementos más singulares de estas procesiones eran los gigantes, a los que en diferentes momentos históricos acompañaban las gigantillas, el caballico y la bocapartera. Así pues, la de Pamplona, como otras catedrales españolas, contaba con una comparsa de gigantes que en este caso se documentan desde 1602, si bien su presencia en la liturgia catedralicia debía de ser muy anterior. En 1627 se sabe que existían seis gigantes y un caballico. Estas figuras, que eran representaciones alegóricas simbólicas de razas, culturas o pueblos, se mantuvieron en uso hasta su prohibición por Carlos III de España en 1780. Redescubiertos en el llamado «cuarto de los gigantes» el 1 de noviembre de 1813, fueron regalados por el cabildo al Ayuntamiento de Pamplona en 1839, que los usó hasta 1860, en que fueron sustituidos por los actuales gigantes, que copiaron a los de la catedral en sus proporciones, forma e iconografía. Desde ese mismo año desaparece cualquier mención o referencia a los gigantes de la seo.
202 años después la catedral de Pamplona vuelve a redescubrir y a recuperar parte de sus gigantes en un proyecto multidisciplinar en el que, combinando la artesanía con las nuevas tecnologías, se ofrece al visitante una experiencia única en torno a uno de los aspectos más desconocidos de la catedral.
La experiencia se desarrolla en la cillería o antigua canónica de la catedral, reconvertida en un nuevo «cuarto de los gigantes». Aquí el visitante podrá disfrutar en vivo de dos de los seis gigantes de la catedral, reconstruidos en base a la documentación conservada, pero reinterpretados a la luz del siglo XXI. Asimismo, a través de recursos como vídeos, pantallas y realidad aumentada las personas podrán sumergirse en el mundo de los gigantes de la catedral: su historia y el proceso de construcción y recuperación de las figuras. Gracias a esos mismos recursos el visitante también podrá ver a los gigantes bailar y acompañados de su música, danzas y melodías que han sido compuestas para la ocasión. Sin duda, todo un universo simbólico, sonoro y visual que no dejará a nadie indiferente.
Localiza el enclave
Catedral de Pamplona
Condiciones de la Visita
Horarios
- Horario de primavera-verano: desde la última semana de marzo: de lunes a sábado, de 10:30h a 18:00h.
- Horario de otoño-invierno: desde la última semana de octubre: de lunes a sábado, de 10:30h a 16:00h.
- Ante festivos intersemanales, hacer la consulta a través del correo museo@catedraldepamplona.com
Precios:
- Adultos 5€
- Pensionistas 4€
- Carnet Joven 4€
- Grupos +15 4€
- Niños 7-13 años 3€
- Peregrinos 3€
- Personas con discapacidad 2€
- Menores de 7 años 0€
Normas de la Visita
Comida y bebidas alcohólicas
En el espacio expositivo está prohibido acceder con comida y bebidas alcohólicas.
Animales
No está permitida la entrada de animales al recinto, excepto en el caso de perros de asistencia.
Custodia del espacio expositivo y aparatos digitales
El convento de San Ildefonso está protegido por dispositivos de alarma.
Existe un circuito cerrado de grabación.
Micrófonos
No se permite la utilización de micrófonos amplificados dentro del recinto para no molestar o incomodar a los visitantes.
Vestuario
No está permitido desvestirse, descalzarse o tumbarse en bancos, escalones o rampas.
Fotografías
Dentro de las Catedrales y las Salas de Museo está prohibido fotografiar y filmar.
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